miércoles, noviembre 09, 2005

Bobadas en que pienso: Copilotaje y bolígrafos

Cuando éramos pequeños, todos esperaban que escribiéramos con lápiz. Bueno, no sé los demás, pero así era en mi escuela. No sé si en todas las escuelas tiende a haber un grupito de chicas más sofisticadas (de ésas que llevan todo tipo de maquillaje a la escuela, aunque no lo puedan usar porque tienen 8 años) escribían con bolígrafo tan temprano como en segundo grado, pero era típico de ellas y de nadie más, una rareza. No fue hasta cuarto o quinto que a ninguno de mis maestros le importó con qué escribíamos, después que lo hiciéramos.

Cuando estaba en kinder, fui copiloto del Tío Nobel. (Grande fue mi desilusión cuando vi que el barquito en el que los copilotos se montaban era un panel plano de madera que movía un tipo por detrás.) Me regalaron el caballo de Rainbow Brite (que todavía me sobrevive), un six-pack de jugos Frutsi (que nunca volví a ver porque mi mamá no me permitía ingerir comidas con colorantes artificiales tan brillantes) y una bolsa llena de productos Paper Mate: correctores (los infames liquid papers de brochita que no sé cómo aún hay quien los compra), highlighters, gomas de borrar, bolígrafos, entre los cuales había uno maravilloso cuya tinta se borraba con una goma integrada (verdaderamente chipi)… Mi mamá nunca me dejó conservar nada de aquello por eso de que era muy chiquita para usarlos. Si hubiera sido Katy o Rose Mary, los hubiera podido usar en la escuela… De vez en cuando, exploraba la bolsa que ella guardó en una gaveta. Para ella, ese regalo debe haber sido una beca, pues de seguro no tuvo que comprarse efectos escolares por un año o dos.

Free Hit Counters
University of Phoenix