viernes, mayo 19, 2006

Cerilla Vs. Cerumen

Mi mamá me cogió las gotas de ablandar la cerilla y me las acabó. Nunca me ablandé la cerilla. No oigo bien por un oído.

Ayer estuve en una piscina. Se me metió agua por la oreja y me mojó el interior. Queriendo secarla, me metí un isopo y lo que hice fue amasar la cerilla y usarla de tapiz sobre mi tímpano. Oigo menos.

Hoy discutimos si cerumen era la forma más fina de decir cerilla. Para mí, cualquier palabra que termine en “umen” es más desagradable. En todo caso, tengo la misma exacta imagen con cerilla o con cerumen.

A mi abuela le recetaron las gotas. Me las eché en el oído por el que no oigo. Empezaron a sonar dentro de mí miles de explosiones. Como el caramelo ese agrio que explota en la boca. Hasta sentí las burbujas salirse de la oreja. Ahora sí que no oigo nada. Pero tengo la esperanza vaga de que la cerilla / cerumen amanezca en la almohada.

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